De la experimentación a la tokenización institucional

Nov 25, 2025

De la experimentación a la tokenización institucional

Tokenization concept art
Durante años, la tokenización ha vivido en un estado de innovación compuesto por muchos pilotos y muchas promesas, impulsado por unos pocos verdaderos creyentes. Esa fase ha llegado a su fin.

Los activos del mundo real (RWA) en blockchains públicas han pasado de unos 5.000 millones de dólares en 2022 a unos 29.400 millones, un aumento de alrededor del 488 % en tres años. Si ampliamos el foco más allá de las blockchains públicas para incluir plataformas privadas y representaciones off-chain, el mercado ya supera los 50.000 millones de dólares, mientras que las proyecciones para 2030‑2033 se sitúan en el rangos de billones. Lo que antes era un experimento es ahora una infraestructura de mercado viva, regulada y cada vez más global.

La mayor parte de ese valor se concentra en unas pocas clases de activos. El crédito privado representa en torno a 16.800 millones de dólares, los bonos del tesoro estadounidense unos 7.500 millones y las materias primas —principalmente oro tokenizado— unos 2.000 millones. En torno a este núcleo, otras categorías se están acelerando: financiación del comercio, el sector inmobiliario, mercados de carbono, propiedad intelectual y más. Geográficamente, la actividad se ancla en Estados Unidos, la Unión Europea, Suiza, el Reino Unido, Singapur, Hong Kong, Brasil, Emiratos Árabes Unidos y Sudáfrica, donde los reguladores han empezado a publicar normas claras, sandboxes o regímenes específicos para valores digitales y stablecoins.

En otras palabras, la tokenización hoy no es un producto de nicho aislado; es un mercado multijurisdiccional del que las instituciones ya dependen para tomar decisiones con dinero real.

Qué se está tokenizando?

Uno de los hallazgos más llamativos de los datos de 2025 es lo amplia que se ha vuelto la superficie de tokenización. Gobiernos y bancos centrales participan de forma indirecta a través de bonos y letras soberanas, especialmente bonos del tesoro estadounidense y deuda pública europea. El crédito privado y la financiación del comercio son grandes categorías: los préstamos a pymes, las cuentas por cobrar y los productos de crédito estructurado pueden dividirse en tramos y venderse a inversores con mucha más transparencia y eficiencia operativa que en los procesos tradicionales basados en papel.

El mundo de los fondos sigue el mismo camino. Los fondos de mercado monetario, vehículos de private equity, hedge funds y fondos inmobiliarios están emitiendo unidades tokenizadas que se comportan como participaciones tradicionales desde el punto de vista jurídico, pero viven de forma nativa on-chain para la emisión, la transferencia y la gobernanza (cuando aplica). El inmobiliario —comercial, residencial e industrial— se está fraccionando en tickets más pequeños, bajando la barrera de entrada y abriendo nuevos canales para el capital transfronterizo.

What this means for decision-makers

Para emisores, gestores de activos, fintechs y empresas, la pregunta ya no es si la tokenización va a ser relevante, sino en qué parte del negocio va a importar primero.

Las organizaciones suelen estar especialmente bien posicionadas cuando gestionan activos de alto valor, operan en múltiples jurisdicciones o ya están explorando la propiedad fraccionada o el embedded finance. En esos casos, la combinación de activos programables, liquidación instantánea o casi instantánea y distribución global se conecta directamente con objetivos estratégicos: reducir costes de financiación, ampliar la base de inversores y abrir nuevas líneas de producto.

Pasar del interés a la implantación exige algunas decisiones de base. Una es el modelo de infraestructura: si se van a utilizar blockchains públicas, redes permissioned o un enfoque híbrido. Otra es la estandarización: acordar estándares de token que satisfagan tanto los requisitos técnicos como los regulatorios. Una tercera es la elección de socios: plataformas de tokenización reguladas, custodios y mercados de negociación que ya soporten flujos de trabajo end‑to‑end e integren con los sistemas de back office existentes.

Una vez que esos elementos encajan en su sitio, las formas de creación de valor son claras. La tokenización puede utilizarse para fraccionar activos, permitiendo tickets más pequeños en estrategias que antes estaban reservadas a instituciones. Puede optimizar la tesorería y el balance al convertir saldos ociosos en posiciones programables en equivalentes de efectivo tokenizados. Y puede desbloquear liquidez secundaria para activos que antes eran difíciles de negociar, acortando los periodos de tenencia y mejorando la eficiencia del capital.

La historia de la última década es que la tokenización ha pasado de ser una serie de pruebas de concepto a convertirse en una infraestructura que sostiene actividad financiera real y regulada a escala. El próximo capítulo no se escribirá en los laboratorios de innovación, sino en los equipos de tesorería, los roadmaps de producto y los comités de inversión que decidan qué partes de su negocio deben migrar primero a esta capa de activos programable y global.

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