
La Organización Internacional de Comisiones de Valores (OICV) es el organismo de referencia mundial en materia de regulación de valores. Sus principales objetivos son proteger a los inversores, garantizar la existencia de mercados justos y eficientes y reducir el riesgo sistémico promoviendo estándares elevados y el intercambio de información entre sus miembros, que abarcan más del 95 % de los mercados de valores del mundo.
El Consejo de la OICV ha publicado recientemente el informe Tokenization of Financial Assets, sobre el uso de la tecnología de registro distribuido (DLT) en los mercados de capitales, con especial atención a los bonos y a los fondos de mercado monetario (MMF). Arroja una luz relevante sobre el futuro de los activos alternativos: capital privado, inmobiliario, crédito privado, materias primas y otras exposiciones tradicionalmente ilíquidas.
Destilamos el informe desde una óptica práctica:
La OICV sintetiza definiciones del FMI, la FSB y el BPI para llegar a una idea clara: la tokenización es la creación, emisión o representación de activos financieros sobre un libro de cuentas tokenizado, y se asocia a cuatro características esenciales:
Dividir los activos en partes más pequeñas y fungibles, reduciendo los tickets mínimos y haciendo que los productos sean accesibles a una base de inversores más amplia.
Incorporar instrucciones basadas en código que se ejecutan automáticamente cuando se cumplen determinadas condiciones: pagos de cupones, eventos corporativos, márgenes, rebalanceos de cartera, etc.
Reutilizar y combinar componentes preprogramados para crear nuevos instrumentos, flujos de trabajo y tipos de transacción.
Ejecutar operaciones de varias fases, como transacciones de todo o nada, en un único flujo de trabajo, reduciendo el riesgo de liquidación y las operaciones fallidas.
En conjunto, estas características pueden:
El informe de la OICV contrasta estas afirmaciones con la evidencia que está surgiendo en mercados en funcionamiento, con la tokenización progresivamente más enmarcada en el principio de «misma actividad, mismo riesgo, mismo resultado regulatorio», y no como una frontera no regulada.
Los pasajes más destacados del informe son aquellos en los que la OICV apunta a datos cuantitativos en lugar de promesas genéricas.
Un memorando de investigación de la HKMA (Leung et al., 2023) comparó bonos tokenizados con bonos convencionales comparables. La OICV resume los resultados del siguiente modo:
La OICV señala expresamente que estas reducciones son económicamente significativas y las marca como evidencia de los beneficios de la tokenización. En paralelo, el informe concluye que los bonos se perciben como la clase de activo con mayor probabilidad de ser tokenizada, lo que refuerza la idea de que la renta fija es la cabeza de playa de la tokenización institucional.
En el marco de Project Guardian, J.P. Morgan y Apollo analizaron el impacto de la tokenización en la gestión de carteras. La OICV destaca un resultado concreto: Una DLT programable puede utilizarse para desplegar automáticamente el exceso de efectivo en inversiones en cuanto dicho efectivo está disponible.
Suponiendo que:
Un gestor medio mantiene ≈ 3 % en efectivo, y
Una cartera equilibrada genera ≈ 8 % sobre el efectivo a largo plazo.
El resultado es una reducción de costes para el cliente final de unos 24 puntos básicos, únicamente por reducir el lastre de liquidez mediante automatización. Es una ilustración sencilla pero potente: el componente de automatización de la tokenización (la programabilidad) puede mejorar directamente la rentabilidad neta sin cambiar los activos subyacentes.
La OICV se apoya en gran medida en datos del FEM, la GFMA y la AFME sobre los mercados de colateral y repos, que son centrales para la liquidez institucional.
Mercado global de colateral: estimado en más de 25 billones de dólares.
Mercado global de repos: más de 15 billones de dólares vivos, con un volumen diario de 3–4 billones de dólares.
Son precisamente los mercados en los que la velocidad de la tokenización, la liquidación atómica y los flujos de colateral componibles resultan más beneficiosos. Según la GFMA, una gestión del colateral basada en registros programables podría liberar más de 100.000 millones de dólares anuales de capital que podría reasignarse a usos de mayor eficiencia.
La OICV señala a continuación varios ejemplos:
Broadridge Distributed Ledger Repo (DLR). Procesa alrededor de 2 billones de dólares en valor de transacción al mes. Su solución de repo intradía aporta una reducción estimada de entre el 50 % y el 60 % en los costes de transacción y una mejor gestión de la liquidez.
Kinexys de J.P. Morgan. Una plataforma de tokenización multi-activo para MMF, repos y bonos. Hasta noviembre de 2024 había procesado más de 1.5 billones de dólares nominales desde su lanzamiento, con un volumen diario medio superior a 2.000 millones de dólares.
No se trata de prototipos: son sistemas en producción y de alto volumen que integran activos tokenizados en el núcleo de la tesorería, el colateral y la liquidez. Fondos del mercado monetario tokenizados: del experimento a la infraestructura
En el caso de los MMF, la OICV destaca que los fondos tokenizados han captado miles de millones en activos bajo gestión en apenas un par de años. Entre los emisores figuran gestores consolidados como BlackRock o Franklin Templeton y especialistas en tokenización y fintech (como Token City).
Más allá de la eficiencia en la emisión y la administración, la OICV subraya que los MMF tokenizados ya se están utilizando como:
Los MMF tokenizados tienden a utilizarse para gestión de tesorería y colateral, mientras que las stablecoins se utilizan principalmente como instrumentos de liquidez y de pago. Es precisamente el tipo de complementariedad que muchos en el sector de los activos del mundo real (RWA) venimos reclamando.
La OICV estructura su análisis en torno a las distintas etapas del ciclo de vida: emisión, negociación, compensación y liquidación, custodia y gestión del colateral. El mensaje no es que todo será sustituido, sino que determinados componentes se vuelven más eficientes y flexibles.
La OICV destaca el modelo nativo en blockchain, por el cual el valor se emite directamente en forma de token sobre blockchain. Este modelo, que aplica Token City, está diseñado para abarcar todo el espectro de beneficios: ciclo de vida programable, liquidación atómica, servicing automatizado e integración más profunda con nuevos raíles como las CBDC o los depósitos tokenizados.
El bono digital de UBS en SIX Digital Exchange (SDX) es el ejemplo emblemático de la OICV: un bono nativo tokenizado de UBS que cotiza en una plataforma digital pero sigue siendo plenamente interoperable con la bolsa tradicional SIX Swiss Exchange y la infraestructura de CSD de SIX SIS.
Se trata de un mensaje importante: la tokenización puede superponerse a los ecosistemas de emisión existentes sin alterar el estatus jurídico ni las protecciones al inversor.
La OICV recopila previsiones de crecimiento de varios estudios sectoriales de referencia. Sin entrar en el desglose por clases de activos, destacan tres cifras principales:
McKinsey (2024) estima que los activos financieros tokenizados (excluyendo criptoactivos y stablecoins) podrían alcanzar en torno a 2 billones de dólares en 2030, dentro de un rango aproximado de 1–4 billones.
Ripple y BCG (2025) proyectan que los activos del mundo real tokenizados (RWA) pasarán de unos 0.6 billones de dólares en 2025 a un punto medio de 18.9 billones en 2033 (con un rango amplio en torno a esa cifra).
Standard Chartered y Synpulse (2024) prevén que los RWA tokenizados podrían alcanzar hasta 30.1 billones de dólares en 2034.
El denominador común de estos estudios, tal y como los presenta la OICV, es que se espera que los activos alternativos y de mercados privados contribuyan de forma significativa a ese crecimiento, no solo los bonos públicos y los MMF.
Tomando todo en conjunto, el informe de la OICV respalda varias conclusiones estratégicas para cualquiera que esté construyendo o asignando capital en mercados tokenizados, especialmente en el ámbito de los activos alternativos:
Las propias características de la tokenización que subraya la OICV: fraccionalización, programabilidad, componibilidad y atomicidad, atacan directamente las fricciones centrales de los mercados privados: falta de liquidez, elevados mínimos de entrada, cascadas de flujos de caja complejas y mercados secundarios opacos.
Los ejemplos reales muestran que la tokenización se superpone a los esquemas existentes de emisión, custodia y liquidación, en lugar de sustituirlos de la noche a la mañana. Esto es especialmente relevante para los gestores regulados de activos alternativos, que pueden conectarse a la tokenización sin reescribir todo su modelo operativo.
El informe de 2025 de la OICV es prudente, metódico y explícito. Precisamente por eso, la evidencia que destaca tiene mayor relevancia como guía para las instituciones de supervisión regulatoria: menores costes de emisión y negociación de bonos, mercados de colateral más eficientes, crecimiento de los MMF tokenizados y avances significativos hacia fondos y activos alternativos tokenizados.
La tokenización está pasando a formar parte del debate sobre la infraestructura central de los mercados. Para los gestores e inversores en activos alternativos, es una invitación a replantear cómo pueden funcionar el acceso, la liquidez y la colateralización en un mundo en el que la propiedad, los flujos de caja y el colateral viven en raíles programables y componibles.
Token City es el puente definitivo hacia a la economía tokenizada (tEconomy), en la que las empresas tokenizadas (tEnterprises) crean sus mercados de cripto activos (tMarkets), abiertos a inversores globales (tCitizens).